LECCIÓN 357
La verdad contesta toda invocación que le hacemos a Dios, respondiendo primero con milagros, y luego retornando a nosotros para ser ella misma.
1. El perdón—el reflejo de la verdad—me enseña cómo ofrecer milagros y así escapar de la prisión en la que creo vivir. 2Tu santo Hijo me es señalado, primero en mi hermano y después en mí. 3Tu Voz me enseña pacientemente a oír Tu Palabra y a dar tal como recibo. 4Y conforme contemplo a Tu Hijo hoy, oigo Tu Voz indicándome la manera de llegar a Ti, tal como Tú dispusiste que ésta debía ser:
5”Contempla su impecabilidad y sé curado”.